LEYENDAS DE CHIHUAHUA

LA MALDICIÓN DEL CURA JOSÉ MARÍA DE ROSALES. 

Allá por 1811, en el actual Rosales había un cura muy querido, inmiscuido en chirinolas tanto religiosas como civiles, por eso tenia enemigos. Don Tomas, al ser reprendido por el cura por enredarse en amoríos con una joven; acusó al párroco de conspirar contra el gobierno. Iniciándose así una investigación contra el cura Carrasco. Al investigador Fco. de la Cerna se le ofreció una tertulia en la parroquia para que viera que no había tal conspiración. La velada, se prolongo hasta las tres de la mañana, y como se había bebido demasiado vino, el investigador no pudo salir a donde se hospedaba y así aceptando la invitación del párroco a pernoctar, con él. La mañana siguiente siguió su curso, pero al ir el cura a despertar a la visita lo encontró muerto sin poder darle auxilio, pues en el sueño había fallecido. Pronto el veneno de la gente comenzó a rumorar, enviándole una carta al gobernador, acusando al párroco de asesino. La admiración hacia el párroco se transformo pronto en aberración. Mitigando al padre entre todos los civiles, el párroco sin soportar más su ira dijo: "Pueblo malagradecido, yo os maldigo, ni el polvo de vuestra tierra deseo que me acompañe más, que el santo Dios todopoderoso los condene al fuego". Después de demostrar su inocencia, por ordenes del clero a un mineral se fue a predicar. Y en una misa, bajó del pulpito llorando pidiendo la oración por la clemencia de Dios a un pueblo impío. En 1940 se reconstruyo la iglesia de rosales, y encontraron a varios muertos en el mismo día que el cura oró por ese pueblo maldito.

" UNA LAGRIMA TIEMBLA "

( Municipio De Ocampo )

Durante los años 1800 se corria un rumor, se escucha el rumor de que van a fusilar a niños, jóvenes y señores; pero es verdad, los han encarcelado sin motivo alguno, más que el delito de haber invadido propiedad "privada", se escuchan los gritos y lamentos de tanta juventud que vera cortada su vida al amanecer. El día se nota triste, ya no importa nada, la muerte esta presente, mientras los bárbaros ejecutores sin escrúpulos, asesinan y rematan sin piedad. Al fin queda un solo jovencito, el cual no ha muerto, se le da el tiro de gracia, mientras su madre ve una lagrima en su ojo, no volverán jamás a reír y a soñar. Cuentan pues, que se aparecen duendecillos que ponchan y desinflan las llantas de los camioneros de madera, saltan, brincan y hasta comen el lonche de los choferés, serán aquellas criaturas inocentes que un día fusilaron.

Alla cada quien lo que quiera creer, no?

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